Y a pesar del viento, el sábado estuvimos en Adra. Ruta de carretera Almería-Adra.

Buenas amigos:

El pasado sábado estuvimos en Adra, si! Salí con el grupo del pabellón al cual me he incorporado para las salidas de carretera de los sábados hace escasamente un mes.

La verdad que era más un día de mountainbike que de carretera, pero la Spark la tengo en «boxees» vamos en Español en el taller.

Se comenzó a ritmo suave, pero claro hasta Aguadulce iba refugiado en la parte media del pelotón, y desde allí fui adelantándome a posiciones de cabeza, no por destacar ni nada de eso, si no por intentar colaborar sobre todo con los dos que nos llevaban, uno del CCHH y otro con una Canyon negra. Lo que quiere decir que el ritmo suave era para los que estábamos refugiados, porque en los tramos que fui alante, el viento te iba minando, agotando. Aún sí el verdadero huracán llegaría por las proximidades de Balanegra y Adra.

Como es habitual en este grupo se hace una parada de avituallamiento, y nos tomaríamos un café en «casa Paco», creo, y gracias a que me invitaron, pues me había dejado el dinero en el recibidor de la casa. Los que hacemos mountainbike, no tenemos costumbre de llevar dinero encima, y en las salidas de carretera, sobre todo en verano, lo suelo llevar en el tubular de repuesto, pero por lo visto lo había gastado ya…

Un pinchazo

El regreso, estuvo marcado, por los tirones de la cabeza del pelotón, partiéndose el grupo en una rotonda de El Ejido. Yo que me quedé en el segundo grupo, volvería a pegar un sprint y alcanzar a la cabeza, haciéndoles saber que el pelotón se había partido en dicha rotonda por culpa de un trailer. Y creyendo que los esperaríamos no se paró el ritmo rápido  con rachas de viento a favor altisimas, hasta llegar al Bulevar de Vicar. Donde me enfadé porque si 8 km a tras teníamos que tirar fuerte, sabiendo que el grupo estaba partido, a que venía para entonces en Vicar ¿?

La tónica del regreso, fueron los tirones.



Aquí ya estaba partido en dos el pelotón inicial.

Ya desde ese momento, decidiría casi seguir a mi bola la ruta, aún estando en el pelotón, pero ya si decidía tirar, sería para no esperar a nadie. Y así lo hice, cuatro nos fuimos al salir de un tunel en el Cañarete pasado Aguadulce, y a medias de 40 con picos de 55 km/h no paramos hasta llegar al mismo Oliveros «centro urbano».

Voy cogiendo de nuevo la experiencia en carretera, después de una temporada de invierno estrictamente btt, y donde mejor que con el grupo de veteranos del pabellón, que están más rodaos que nunca.

Saludos,

Deja un comentario